sábado, 23 de junio de 2012

Reconocimiento

Para Felipe Bracho Carpizo


Una noche como la de hoy la conocí, orinando en este mismo callejón. Iluminada por la luz azul de la luna llena —resplandor a través del cual es posible ver algunos de nuestros fantasmas y ciertos nudos de la tristeza—, ella también orinaba.

Fue un espléndido acoplamiento…


Cuando escuché cómo escurría el agua entre las piedras, tuve una clara y súbita impresión; contundente, pues, para decirlo con una palabra: “Entre nosotros dos había mucho más que un secreto compartido, y desde mucho tiempo atrás.”

4 comentarios:

  1. Me ha gustado tu blog, Gonzalo. No encontraba el comando para escribir comentarios. Tuve que pinchar sobre el vínculo "Sin comentarios" y eso explica porque soy el primero en comentar. No voy a leerte de un jalón, así que me verás por aquí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agardezco tus palabras, Carlos. Quiero pensar que una vez roto el hielo la gente comenzará a escribir más en estos espacios, con objeto de hacer de ellos auténticos espacios de comunicación.

      Sólo nos resta correr la voz.
      Muchas gracias de nueva cuenta.

      Eliminar
  2. Ahora sí me pude tomar el tiempo de leer un poco más y quiero felicitarte, Gonzálo. Sigue adelante y mucho éxito...
    Arturo

    ResponderEliminar
  3. Arturo:

    Me da gusto que hayas entrado. ¿Qué más te puedo decir? De nosotros depende contrarrestar la basura que contamina internet, un reflejo de lo que la gente trae en la cabeza. Con esto no quiero decir que mis cuentos sean maravillosos; simplemente representan un intento de hacer algo con lo que un simple mortal, famoso entre los desconocidos y desconocido entre los famosos, tiene en la azotea.

    Si te gustó, recomiéndalo; si no te gustó, por favor no digas nada. :)

    ResponderEliminar