Para Rosa Mancilla
Desde hace
varios ya días no sé ni qué onda: las ideas se me confunden muy adentro de
la cabeza y, cuando llegan a mi pensamiento, chocan unas con otras; se atoran
cual piedras antes de entrar en un agujero. Como bien tú podrás suponer y
pensar, yo ya no puedo pensar ni suponer nada.
Por ejemplo, escribir esto
me está costando mucho trabajo; pero yo te estoy escribiendo porque tú eres mi amiga y
yo necesito que tú me ayudes. Te repito: esta confusión que me ataranta desde la
cabeza hasta los pies me llegó de repente; sin decir “ahí te voy”, como dicen
quienes saben de estas cosas.
En realidad no entiendo qué pasa conmigo... Como luego me dicen
que quizá cargo pedos ajenos, estoy empezando a sospechar que
tal vez alguien se sopló uno en algún microbús al que me subí, y yo
respiré demasiado profundamente sin darme cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario